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Desde siempre, los coches diésel se han llevado la mayor parte de las matriculaciones. Sin embargo, en los últimos meses la tendencia ha cambiado. La creciente preocupación por la contaminación y las restricciones que afectan al diésel han hecho que cada vez se apueste más por los coches gasolina.

Pero, ¿cuáles son realmente las ventajas e inconvenientes de comprar un coche gasolina? En el post de hoy vamos a profundizar en esta cuestión.

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Las ventajas de comprar un coche gasolina

Como hemos comentado, los motores diésel expulsan más óxidos de nitrógeno (NOx). Los cuales son los principales responsables de los problemas de polución en las grandes capitales. Y, en consecuencia, han aumentado las restricciones en la circulación en relación a este tipo de combustible. Por tanto, esta sería una primera “razón” por la que apostar por comprar un coche gasolina.

Eso sí, también debes tener en cuenta que dicho carburante te interesará si haces pocos kilómetros al año y si el coche que escoges es pequeño y de motor sencillo. Y es que si éste es de pequeña cilindrada es más efectivo si es bencina. Igualmente, ésta aporta alta potencia a altas revoluciones.

¿Más pros de este combustible? El repostaje es más fácil y rápido, las emisiones de NOx son más controladas y el coste del seguro, así como el paso de la ITV pueden salirte más económicos. Asimismo, el precio de su compra puede ser hasta un 30% más barato respecto a unidades similares del diésel.

Y, ¿cuáles son los contras?

Como desventajas podríamos destacar que el precio de la bencina es más elevado y el hecho de ser menos recomendable que el gasoil para realizar muchos viajes al año. El consumo también es mayor especialmente en trayectos largos de carretera.

Otros contras a remarcar es que el valor de los coches de este combustible es menor en el mercado de segunda mano y suelen requerir sobrealimentación para tener un buen empuje a medio régimen.

Ahora que ya conoces los pros y contras, la decisión está en tu mano. Como ves, la elección dependerá básicamente del uso que quieras darle a tu vehículo. Una vez lo tengas claro solo te quedará valorar las diferentes alternativas, en las que ya entran en juego los coches híbridos y eléctricos.